sábado, 27 de noviembre de 2010

El mismo que depositaba una mosca en la tel ade araña y observaba el necesario desenlace, el que con trabajo minucioso pulía lentes, el que no podía evitar una sonrisa cuando rezaban en su presencia, el apacible fumador de pipa, el que afirmaba que en la naturaleza no hay bien ni mal, el que fue rechazado por la hija de su maestro de matemáticas, el que se refería a las pasiones como si de "líneas,superficies y cuerpos" se tratara...

Decía que sólo los hombres concordarían necesariaente con la naturaleza en la medida en que vivieran bajo el gobierno de la razón. Pero algo tan ligado al ser humano como el miedo o la esperanza se encuentra al margen de la razón.Por tanto, cuanto más nos enforzamos en seguir a la razón, más nos alejamos dle iedo y de la esperanza. DE este modo, quizás consigamos un mayor dominio sobre la fortuna y consigamos dirigir nuestras acciones conforme al consejo seguro de la razón. Sí, Spinoza es, sin lugar a dudas un racionalista. Y, además, un racionalista único.

Spinoza pretende mostrar el carácter deductivo y casi matemático de las pasiones humanas.

El desorden del corazón debe ser reconducido al orden de la razón. Un afecto que es una pasión deja de ser una pasión en el momento en que nos formamos de él una idea clara y distinta.Un afecto, que es una pasión, es una idea confusa, y son las ideas confusas las que nos generan los errores y las pasiones. Ésto surge de nuestro desconocimiento de las causas que determinan nuestros deseos.Así pues, si conociésemos las causas de nuestras pasiones no las padeceríamos, esto dice el autor de la Ética.

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